***
No es mi culpa tener manos de fuego, pero sí lo es ser una idiota que quema todo. Quise leer tus cuentos y terminé prendiendo fuego tu casa. Cualquiera creería que, habiendo nacido así, sabría controlarme; pero no, soy una inútil. Me olvido que tengo manos de fuego e incendio todo, soy un desastre caminante. Y vos también sos un tarado por haberte hecho amigo de una mina que puede quemar todo con sus manos mágicas o mutantes, no sé qué mierda son y la verdad que no me importa.